Fernando Trueba,
cuyo nombre completo es Fernando Rodríguez Trueba, nació el 18 de enero de 1955 en Madrid, España. Es un director de cine, guionista y productor conocido por su versatilidad, talento y capacidad para crear películas que abordan una amplia gama de géneros y temas.
Trueba comenzó su carrera en el mundo del cine como crítico de cine y colaborador en diversas publicaciones antes de dar el salto a la dirección. Su debut como director llegó en 1980 con la película "Opera prima", una comedia sobre un grupo de amigos que sueñan con hacer una película.
A lo largo de los años, Trueba ha explorado una variedad de géneros cinematográficos, desde la comedia hasta el drama y el documental. Su estilo narrativo se caracteriza por su atención al detalle, su habilidad para crear personajes complejos y su enfoque en los aspectos humanos de las historias que cuenta.
Una de las películas más conocidas de Trueba es "Belle Époque" (1992), una comedia romántica ambientada en la España de los años 30 que ganó el premio Óscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa. La película, que combina humor, romance y drama, es considerada un clásico del cine español y catapultó a Trueba a la fama internacional.
Además de su trabajo en el cine de ficción, Trueba también ha dirigido varios documentales, incluido "Calle 54" (2000), un homenaje al jazz latino, y "El milagro de Candeal" (2004), sobre la vida del músico brasileño Carlinhos Brown y su trabajo en una comunidad marginal de Salvador de Bahía.
Trueba también ha incursionado en la dirección teatral y la producción musical, lo que demuestra su versatilidad y talento en diversas áreas artísticas. Ha trabajado con algunos de los actores y actrices más reconocidos de España y ha colaborado en múltiples ocasiones con el compositor de música jazz Michel Camilo.
A lo largo de su carrera, Trueba ha recibido numerosos premios y reconocimientos, incluidos varios premios Goya y el Premio Nacional de Cinematografía de España. Su influencia en el cine español y su contribución al enriquecimiento de la cultura cinematográfica mundial son innegables, y su capacidad para contar historias emotivas y conmovedoras sigue siendo admirada por críticos y audiencias en todo el mundo.